Hay un momento que
todos hemos visto:
el cucarrón que
logra voltearse
y seguir su camino.
Dudamos si ayudarle
o dejar que la fuerza
que hace que
todo gire
lo ponga en su lugar.
Sentimos tan propio ese movimiento
que sacudimos los ojos en el aire
y apretamos los puños
y pensamos en lo revuelto
de adentro, sostenido de un pelo
a punto de romperse.
Todo lo que zumba
como ese cucarrón que ahora miramos.
***
Tanta agua suspendida
En el aire
como un recuerdo
Deja ver lo que se esconde
Ahí atrás, en la montaña
Donde guardo lo importante.
Siempre llueve ahí
Siempre estás rondando
Suspendida, hecha agua
Cayendo de los ojos
Cuando te pienso, Niebla.
***
Qué silencio es ése
Que vive en tu mirada fija
Hacia el fondo
De las cosas,
Qué silencio es ése
Que se cuela entre tus pasos
De un lado al otro de la casa
Como una sombra
que crece con los días
Y crecen también las plantas
más de una hora seguida,
Entiendo el lenguaje de los perros.
Qué silencio es ése entonces
Lo escuchas también, en mis ojos?
Porque no sé si
Romperlo o dejar que crezca
Como el fantasma que
Persigue tus pasos.