Los insectos atareados,los caballos color de sol,los burros color de nube,las nubes, rocas enormes que no pesan,los montes como cielos desplomados,la manada de árboles bebiendo en el arroyo,todos están ahí, dichosos en su estar,frente a nosotros que no estamos,comidos por la rabia,…
Los Nadaístas invadieron la ciudad como una peste:de los bares saxofónicos al silencio de los librosde los estadios olímpicos a los profilácticosde las soledades al ruido dorado de las muchedumbres de sur a norteal encenderse de rosa el díahasta el advenimiento de…
Devolverse Recurrir al pasado es una costumbre para quien vive en el futuro. Al caminar en la delicada línea de lo que ha de suceder, el mestizo incurre en la paradoja de no tener, en efecto, un mañana. La carencia de un…
IV Oí a Diosposándose sobre ti.También oí a Dios silbandoyéndose de aquí sin rumbo. Oí cuando gritastecreyéndote diosay cuando llorastepor darte cuentaque no eras nadie. Pero aún no oigoel espacio de silencioque requiere tu almapara aceptar la vida. Persiste un ruido insoportableque…
Etérea Medellín Como irán de rápido los tiempos en la ciudad fugaz, que quienes antes hablaban de la duración del mundo, hoy pasan por poco más que locos sedientos de una materia inevitablemente destinada a la transformación, persiguiendo un metal blando que a…
Post-Medellín Quien se iba a imaginar que el mundo se iba a acabar. Medellín, como parte del planeta, también llegó a su fin, pero como todo eso que se fue con la tierra en el antropoceno, sigue persistiendo y aparece como si…
Una Gran Máquina audiovisual se construye en las planicies elevadas del éter y es sintonizada entre las montañas, donde cabe todo lo imaginable en cualquier sueño y cualquier vigilia. Toda la estructura es sustentada por la lucha heredada de una ciudad-maraña, conservadora…
Oriente Uno se da cuenta que algo diferente está pasando cuando lleva ya más de cuarenta minutos en un auto, atravesando túneles entre montañas, vislumbrando cada vez más lejos la ciudad, hasta perder por completo la noción de esos edificios y esas…
El arriero del buey es apacible, y el de la mula es renegado y violento, se les ha contagiado el carácter de sus animales. Va el buey lento, pero siempre igual y seguro, pero la mula híbrida, es maliciosa, se finge cansada…