Guía para despertar la insatisfacción

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Foto por Ross

1- Párese en el centro de su casa y observe todo lo que hay alrededor. Lo más probable es que usted crea que las cosas están en su lugar y que es un día común y corriente.

2- Cierre los ojos e imagine que vive en otro lugar y con otras condiciones. Como seguramente pensará primero en su vida soñada, trate de irse al peor escenario posible.

3- Piense ahora en las personas que tienen como realidad lo que imaginó en el paso anterior como una terrible posibilidad y que, quizá, sueñan con vivir como usted.

4- Dese cuenta de la distancia abismal entre esas realidades, haciendo conciencia de las cosas a las que usted no quiere renunciar. No se sienta mal por ello: nadie en el mundo escogió en qué contexto nacer.

5- Ya que sabe dónde está parado y tiene claro aquello que no está dispuesto a soltar, busque algo que lo tenga insatisfecho: realidades materiales, emocionales, espirituales. Si no encuentra nada, vuelva a realizar el paso 3.

6- Con su vida y la del otro en mente sospeche de la aparente normalidad de su entorno inmediato. Pregúntese por qué las cosas son así y no de otra manera.

7- No conteste la pregunta anterior: mientras menos entienda las razones de la normalidad, más rápido esta pierde el sentido.

8- Diga tres veces en voz alta: «¡Las cosas no tienen que ser así!», teniendo muy presente la respuesta del paso 5.

9- Siéntese en el piso y con los ojos cerrados piense en aquello que usted sabe está dejando de hacer para enfrentarse a aquello con lo que no está satisfecho.

10- Entienda que decidir voluntariamente enfrentarse a las realidades (propias, ajenas, colectivas) para cambiarlas, es lo mínimo que usted puede hacer en un mundo donde la mayoría de personas están involucrados en dinámicas que no decidieron.

11- Antes de empezar a actuar, sepa que usted no es el salvador de nadie, pero reconozca su capacidad de ayudar. Tampoco tenga miedo de apoyarse en otros.

12- Termine de leer este manual, quédese insatisfecho porque no se le dijo mucho, y compártaselo a esos que usted cree están satisfechos (mientras más sean habrá más motivos y más fuerza para negarse a esta realidad).

¡QUE NO PARE EL PARO!