Instalación audiovisual para 3 pantallas y 6 parlantes creada como deriva del proyecto Darién en el Laboratorio ÉTER y presentada en el Museo de Arte de Pereira, Colombia. Propone una lectura audiovisual de la ecología oscura presente la selva del Darién, sugiriendo, mediante la desterritorialización y el juego estético, un mundo abierto al espectador, libre del humano como interventor del espacio y apto para la especulación de rutas de lo no-humano ante el antropoceno.
Proyectado en un espacio físico tratado como ecosistema estético que envuelve a las personas en una experiencia sensorial que busca reflejar la presencia y ausencia de elementos selváticos. Es necesario establecer entonces en la selva una mediación que teja lo microsónico y lo macrosónico, el panorama con el pixel; el insecto, como forma de vida mínima en la escucha, y el mar, como forma absoluta de un territorio, mundo donde la ficción no es otra que percibir cada forma en su pureza, en su transformación o en su mera imagen. Lo visual se circunscribe a paisajes de mar, tierra y cielo. Lo sonoro trata con los insectos de la selva, alterados virtualmente para generar ritmo musical, construyendo así estructuras temporales sincronizadas para tejer una narrativa audiovisual desde la idea de cómo aparece y desaparece el entorno y cómo la naturaleza está y no está. Trata por tanto de abordar la relación del hombre con el territorio desde la vivencia de una selva etérea, indeterminable, oscura, cruda, no presente para el tacto.