Ánimas (I)

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I

Los objetos son a menudo
extraños entre sí
Las formas establecen
patrones vagos
Los ritmos, aún incesantes
siempre cambian
Las caras desaparecen
como algo ante el espejo.
 
Y aún así, el mundo tan sólido
de entes tan fijos
como el viento al vuelo
De figuras tan perfectas
como la matriz del caos
De espacios recónditos
como un corazón.
 
El oyente calla
ante el triunfo de la realidad
Lo considera juego fatuo
de objetos que van y vienen
como el viento, el latir
de los ecos ausentes.

II

El bosque encantado
y el rumbo de los grillos
que solo ellos conocen
le impide a las ideas
recorrer el horizonte.
 
Los árboles se saben
de lenguajes refinados
aunque carecen de palabras
para entenderse 
mejor que los pájaros.
 
Las aves conocen el tiempo
que habita sin nombre
en las ramas.
 

III

Todo el mundo es bienvenido
a escuchar sin más
como teniendo segura
una tumba en la vida
y confirmarla en cada una
de las cosas sonoras.

Miguel Isaza M

Cosa oyente y parlante.